Párpados cerrados con una fuerza sobrehumana, manos que tapan la cara, brazos que cubren el rostro, gritos agudos y llantos desconsolados… es la situación habitual al intentar echar gotas en los ojos de los niños. Como es posible que sepas, no es tarea fácil, y si aún no has tenido que vivir esta situación, te recomendamos que leas este post detenidamente por si llega este incómodo momento, sepas cómo afrontarlo.
Con estos consejos ya no gastarás medio bote de colirio hasta lograr tu objetivo ni lo habrás derramado en un frustrado intento. A continuación, te proponemos algunos consejos que te pueden ser de utilidad para salir victorioso de esta situación tan incómoda.
Antes de poner las gotas
Sigue los consejos de tu óptico-optometrista y coméntale si el pequeño está tomando otro medicamento o tiene algún tipo de alergia. Además, lávate siempre las manos antes de utilizar el colirio.
Los más pequeños quizá no entiendan a la perfección las indicaciones, por lo que debes mantener la calma y actuar con movimientos rápidos pero decididos. El tono que utilices debe ser tranquilizador.
Una vez abierto el bote, retira la arandela que cubre la base, ya que podría caer en el interior del ojo del pequeño.
Cómo poner las gotas
- Para ser preciso, lo más recomendado es que el niño esté sentado o tumbado
- Inclinar hacia atrás su cabeza mientras el pequeño mira hacia arriba
- Con el dedo índice, cógele el párpado inferior suavemente hasta que se haga una especie de bolsita
- Con la mano contraria sujeta el envase y deja caer una gota, evitando en lo posible que toque el párpado o la pestaña para que no se produzcan infecciones
- Una vez haya caído la gota, mantén el dedo en el párpado inferior y haz que el pequeño parpadee suavemente
- Seca con un pañuelo el posible exceso de líquido que haya quedado fuera del ojo
¡Un consejo para los indecisos! Si no consigues contener los nervios, apoya la muñeca en la mano que sujeta al gotero sobre la que sujeta el párpado inferior para ganar estabilidad.
Y unos últimos consejos por hoy… recuerda que los colirios son de uso individual y no deben ser compartidos con otras personas. Además, comprueba siempre la fecha de caducidad de los colirios y consérvalos en lugar fresco y seco.