Cómo adaptarte a tus nuevas gafas graduadas

Tanto si ya usas gafas y estás a punto de estrenar unas nuevas, como si te vas a adentrar en el mundo de las gafas por primera vez, debes saber que existe un periodo de adaptación necesario hasta que te acostumbras y ni te des cuenta de que las llevas puestas. ¡Te contamos cómo adaptarte a tus nuevas gafas!

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Hasta el momento, tu cerebro recibía las imágenes captadas por el ojo a través del nervio óptico de una manera muy concreta, y al ponerte gafas, debe adaptarse a esta nueva forma de visión. Algunas personas están completamente adaptadas a los 2 días de usar sus gafas, mientras que otras necesitan hasta 2 semanas. El tiempo de adaptación no solo viene determinado por la visión de cada individuo, sino también por su alteración visual y el tipo de lentes de sus gafas.

Gafas graduadas

Primeros momentos con tus gafas nuevas

En cuanto te pones unas gafas nuevas tu cerebro nota que hay algo diferente, por eso al principio distingues mucho más la montura de la lente, ya que se encuentra en el centro visual del cerebro. Poco a poco, esta delimitación del campo visual que supone la montura se va diseminando, hasta que te acostumbras y ni reparas en él.

 

Consejos para adaptarte a tus gafas

 Si es la primera vez que llevas gafas, la recomendación es que te las vayas poniendo a ratos. Puedes ponértelas, por ejemplo, dos horas, y si notas un ligero dolor de cabeza o molestias, puedes descansar un rato quitándotelas, y más tarde volvértelas a poner.

Al día siguiente intenta aumentar el tiempo de uso, hasta que poco a poco las lleves con total normalidad durante todo el día o en los momentos que las necesites. Esta pauta es especialmente necesaria para aquellas personas a las que les ha aumentado el considerablemente el astigmatismo, o que han estado demasiado tiempo sin realizarse una revisión ocular y han experimentado un cambio muy significativo en su graduación.

Si ya llevabas gafas anteriormente y estrenas otras con una nueva prescripción, es mejor que vayas probando con las nuevas y dejes las antiguas de lado, porque alternar ambas gafas con diferentes graduaciones puede dificultar la adaptación.

La adaptación a las gafas progresivas

 Por sus características, las gafas progresivas requieren un mayor tiempo de adaptación, aunque éste sigue variando según la persona. Las lentes progresivas hacen una doble corrección; la de la presbicia propia de la edad, y la de una segunda alteración visual como puede ser el astigmatismo, la miopía o la hipermetropía.

Para enfocar con nitidez a diferentes distancias, las lentes progresivas incorporan un diseño especial al que el cerebro debe acostumbrarse, especialmente al estar en movimiento.

Las recomendaciones principales para adaptarse a las gafas progresivas son las siguientes:

  • Si al ponerte tus gafas progresivas te notas algo rara/o, es mejor que empieces a ponértelas sentada/o en el sofá. Manteniendo una posición estática, coge una revista y comienza a mirarla, y después mira la televisión, siempre sin mover la cabeza y permaneciendo en la misma posición. Este ejercicio te permite practicar el enfoque a diferentes distancias.
  • Una vez controladas las distancias en posición estática, ya puedes probar a ponerte de pie. Poco a poco, mueve ligeramente los ojos, y después la cabeza.
  • Independientemente del tiempo que necesites para adaptarte a tus nuevas gafas, lo que sí es importante es que notes que con el paso de los días esas molestias se van reduciendo.

Si pasan los días y la sensación de incomodidad persiste, debes acudir a tu óptica +Visión, ya que puede deberse a un problema de ajuste de las gafas, especialmente en el caso de las lentes progresivas, que requieren un centraje más exhaustivo para poder ver correctamente de lejos y de cerca. Si tienes alguna otra duda sobre la adaptación a las gafas, recuerda que nuestro equipo de profesionales estará encantado de ayudarte a resolverlas.

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